Metaverse EU

La estrategia de cara al metaverso que adoptará la Comisión Europea que se publicará la próxima semana si no hay más retrasos, y todavía a día de hoy existen preocupaciones importantes sobre cómo los mundos virtuales se enfrentarán a problemas políticos, a los derechos de propiedad, los estándares tecnológicos y la privacidad.

Anunciado por primera vez por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, como parte de un discurso anual realizado en septiembre, este «reglamentación» sobre mundos virtuales se ha postpuesto tanto como se ha podido.

La comisión ya ha sugerido que la propuesta no será legislativa, sino que abordará los problemas de esta nueva situación en lugar de proponer un proyecto de ley formal, aunque podría señalar el camino hacia una acción más severa en el futuro.

La estrategia del metaverso es «el comienzo de algo, establece la agenda«, según Patrick Grady, editor del sitio web con sede en Bruselas e iniciativa de investigación Metaverse EU. “Una vez que la máquina se pone en movimiento, en realidad no se detiene”.

Grady, quien también es directivo en la consultora Fourtold, señala la estrategia de 2018 de la comisión sobre Inteligencia Artificial, que, aunque hizo poco más que prometer una alianza de partes interesadas y reinterpretar las reglas de responsabilidad, demostró ser el presagio de un proyecto de ley surgido en 2021.

Por lo tanto, estamos ante un momento tanto de incertidumbre como de oportunidades. La industria a menudo agradece un marco regulatorio claro, pero las reglas de la UE en áreas como la IA han resultado controvertidas. El ejemplo reciente lo tenemos con el Data Act, que a algunos defensores de Web3 les preocupa que pueda hacer que los contratos inteligentes sean ilegales

«Valores europeos»

La comisión ha dicho que el metaverso deberá incorporar «valores europeos» (quien sabe lo que significa esto…), y los funcionarios especificarán temas como la discriminación, la seguridad y los controles de datos. Un blog del Comisario Thierry Breton, y una consulta posterior de la comisión, insinuaron un temor más inmediato de la UE: que Web3, como su predecesor, podría estar dominado por grandes players que aplastan a la competencia.

Eso puede incluir algunas caras conocidas. Facebook se ha rebautizado como Meta (META) a medida que gira hacia una experiencia más inmersiva, y el movimiento de Apple (AAPL) en el sector podría resultar transformador.

En una audiencia de abril, la directora de políticas públicas de la UE de Meta, Aleksandra Kozik, fue interrogada por legisladores interesados en temas que van desde el impacto de la tecnología en los empleos, la discriminación y el abuso por parte del crimen organizado.

El metaverso no es un producto único que será construido por una empresa. Es una constelación de plataformas, tecnologías y productos que serán construidos por muchas partes interesadas diferentes, por empresas grandes y pequeñas.

La directora de políticas públicas de la UE de Meta, Aleksandra Kozik

Al igual que con Internet, el objetivo del metaverso es que sea un espacio único no fragmentado: «los metaversos en silos son casi la situación que la UE está tratando de evitar«. En este sentido ya hay propuestas como la de OMA3.

Sin embargo, el propio artículo de la comisión trata sobre mundos virtuales, en plural, lo que sugiere que el de Meta podría ser uno de varios jardines separados. Una solución es garantizar que los desarrolladores como Meta trabajen dentro de los estándares internacionales comunes. Pero las propias normas antimonopolio de la UE a veces pueden interponerse en el camino, ya que cualquier grupo de supuestos competidores puede ser tratado como un cartel.

Derechos

Algunos en el sector digital ven una oportunidad en cualquier cosa que la comisión pueda anunciar.

«Los mundos virtuales son cada vez más parte de una industria digital moderna y aquí es donde sobresale Europa, por lo que nos gustaría ver una estrategia que apunte a respaldar esto«, comentaba un portavoz del grupo de presión DigitalEurope en un comunicado, citando posibilidades. como capacitación laboral online más barata y fábricas virtuales y redes eléctricas.

Pero hay muchos más dilemas legales planteados por el metaverso, incluidos los derechos básicos.

Los intereses de propiedad personal en los mundos virtuales se ven radicalmente socavados por la letra pequeña de los términos y condiciones online«, señala a los legisladores Joshua Fairfield, profesor de derecho en la Universidad Washington and Lee. «El acuerdo de licencia de usuario final del metaverso supera a la Constitución de los Estados Unidos, porque actúa bajo este concepto de consentimiento para reemplazar muchas de las reglas sociales que damos por sentadas”.

Cómo lidiar con esos problemas fundamentales sigue siendo objeto de acalorados debates y, en particular, si el metaverso es realmente tan nuevo que necesita su propio libro de reglas.

El metaverso no se está construyendo en un vacío regulatorio”, argumentaba Meta en su respuesta a la consulta de la UE, citando las leyes online existentes que continúan aplicándose. “En la medida en que surjan problemas nuevos o únicos con el tiempo a medida que el metaverso continúa evolucionando, hacemos un llamado a la Comisión para que aborde cualquier brecha legislativa emergente caso por caso, utilizando el desarrollo de políticas basadas en evidencia”.

Para otros, los mundos virtuales son un cambio radical, dado lo mucho que dependen de tecnología potencialmente invasiva, como auriculares y gafas de RV/RA.

La tecnología de realidad extendida “plantea riesgos sustanciales para los derechos humanos” y “podría continuar la marcha hacia una recopilación de datos confidenciales cada vez más invasiva y una vigilancia ubicua” por parte de gobiernos y corporaciones, incluso penetrando en los pensamientos y emociones de las personas, según señalan desde la Electronic Frontier Foundation.

Desde la llegada de blockchain, poco tardó en llegar el boom del metaverso y no menos importante es la nueva era de IA que vivimos. Tres elementos de la actualidad que afloran cuestiones importantes y que de no regularse con cabeza y con sentido, pueden dar al traste el desarrollo tecnológico que estamos viviendo o poner en peligro derechos fundamentales de los usuarios.